Artesanías "Mis colores"

Hola amigos, hoy voy a compartir con vosotros un regalo que me ha hecho muchísima ilusión.

No sé qué ha pasado este año, escuché que los caminos de Oriente estaban accidentados y que era difícil que los Reyes pudiesen portar muchos regalos en sus arcas, por no hablar de que a pesar de la magia correspondiente de sus Majestades, la crisis ha llegado hasta más allá de nuestras fronteras. 

Sin embargo, algo de mágicos sí que deben ser, porque este año casi tengo que salir de casa para poder albergar la cantidad de regalos que he recibido. ¿He sido buena? ¡¡¡Noooo!!! ¡Tengo un montón de amigos que me quieren! (Y aquí os pondría la cara de emoticono tipo “El grito” del wassapp, pero no sé hacer eso con el teclado, ja ja.)

Soy de ése tipo de personas que es feliz con una flor, con una sonrisa, y ni hablar tiene que con un abrazo... pero este año, todos parecen haberse confabulado y reunido a mis espaldas, pues entre todos han ido regalándome cada una de las cosas que más necesitaba o gustaba. Lo que no me esperaba, era que una de ésas amigas, sabedora de mi amor por la escritura y la lectura, hizo un encargo muy especial para mí. 

Mi amiga me regaló una carpeta. Pero desde luego, no una cualquiera, para nada. Me regaló una auténtica obra artesanal repleta de amor y dedicación.

Cuando mi amiga me la entregó estaba anochecido, y solo pude apreciar ligeramente las tonalidades de la tapa a través de un delgado plástico transparente que la envolvía. Ya ahí pensé... “¡Qué cosa más bonita!” Menudo sorpresón me llevé cuando al quitar ese plástico transparente, que ya me anunciaba en parte su colorido, me iba a encontrar con una carpeta “para tocar”. Pura textura en contraposición, suavidad y relieve combinados con mis colores favoritos, y ese papel escrito por doquier, como notas perdidas de un tiempo pasado, como promesas futuras de algún que otro cuento.

“¡Ábrela” , me dijo mi amiga. Sorprendida, y casi con miedo, con reverencia, desprendí el elástico negro que sujetaba sus tapas y ahí ya me quedé sin palabras. ¿Qué sentí? Ganas de llorar de pura emoción. 

He pensado que compartir las fotografías era lo más idóneo, pues no puedo describirlo mejor que con sus propias imágenes. 

Recovecos continuos llenos de sorpresas, soportes para notas, pequeñas hojas incitadoras a crear otros mundos, y hasta adhesivos con mis formas favoritas. 

¿Cómo ha podido acertar tanto? ¡Esto es una maravilla artesanal!

En ese instante sentí un orgullo inmenso por ser yo la persona a la que aquél tesoro iba dirigido. Existen artesanos en nuestros días, de eso doy fe. Aun así, no podía dejar de abrir y cerrar pestañas, de buscar, indagar, imaginar... y finalmente, preguntar por la persona que había hecho aquello. 

Fue entonces, cuando mi amiga me habló de ella. MARIBEL GONZÁLEZ, una mujer con brillo en los ojos y magia en las manos y en la imaginación. 

Esta mujer se ha empapado de mis gustos, preguntando a diestro y siniestro y visitando este rinconcito mío, para plasmar en cada milímetro de la carpeta quién soy yo. Tonalidades cálidas, mariposas, corazones, bosques de helechos, encajes de continuidad, páginas en blanco pidiendo a gritos ser llenadas, y melodías entre ellas aún sin ser escuchadas...

Por eso, y estando segura de que este tipo de regalos artesanos y espléndidos, mágicos sin duda, pueden hacer realmente feliz a sus destinatarios, pues son regalos “hechos para tí”, he querido darlo a conocer a todos.

Aquí les comparto también la portada de otro trabajo que Maribel realizó. Es la portada de un album. Díganme que no es una maravilla. 

En fin amigos, les dejo los datos de esta artesana exquisita, a la que por cierto, podéis preguntar y ella os asesorará y explicará exactamente sobre qué puede venir mejor para una persona u otra. Yo desde luego, estoy feliz con mi carpeta que además de acompañarme en mis actuales andanzas de letras, confío y espero, que sirva de de nido de ideas y pergaminos de sueños de ésos que sí se cumplen... que en su interior voy a ir albergando las primeras páginas de la que espero algún día sea una publicación, y desde luego, las alegrías e ilusiones que en ella quepan.