Rosas de esperanza

No es propio en mí escribir cartas.  Pero no sabía cómo hablar contigo, como llegar hasta ti de una forma en la que mis palabras no se entrecortasen,  ni volaran con el viento.

No sé qué sílabas, que frases, que palabras son las más acertadas.

Cada mañana al  despertar, respiras, abres los ojos, abandonas el sueño que te ha cobijado en la noche y comienzas tu nuevo día. Un nuevo día que esperas con calidez en el corazón.

Escuchas música que te regocije, lees aquellos párrafos que movilizan tus sentidos, intentas rodearte de cosas bellas y respirar al compás de los milagros.

Pero en la vida, no todo es de color rosa.

A veces, el dolor llega, sin más, sin avisar. El miedo, la angustia…

¿Cómo decirte esto, amiga mía?

Cuando jugaba contigo de pequeña soñábamos con  hacernos mayores, con aventuras, con príncipes de colores. Y tú y yo, ¿recuerdas? Tú y yo soñábamos con ser guerreras.

Yo no lo he conseguido, pero tú sí. Siempre fuiste la más fuerte de las dos. La mejor. Por eso, tal vez, te escogió a ti.

Y ahora, eres hermosa, eres fuerte, eres guerrera… guerrera del color rosa, de las que están asustadas y lloran, que son las más valientes.

Cada día sueñas, pero no con príncipes de colores, sino con una cura, una salvación. Una ayuda, un milagro.

¡Y te curarás! ¡Y vencerás a tu monstruo! Ese monstruo que no es de color rosa, sino del color del miedo. Ese monstruo con garras de ansiedad llamado cáncer que quiere devorarte.

Y yo, no tengo espada para ayudarte en tu lucha. No puedo verlo, pero sí lo siento, y tiemblo, tiemblo de miedo, le temo, le temo...porque no sé cómo enfrentarme a él para derrotarle.

Pero tú no temas amiga mía, conozco la forma de asustarle, y que se vuelva chiquito hasta que puedas pisarlo, aplastarlo. Que sepa que no estás sola, que sepa que estoy aquí. Que sostendré tu mano, pasearé contigo, te acompañaré donde quieras, lloraré contigo cuando no puedas más, reiré contigo cuando avances, no dejaré que tengas frío… porque a veces, es más fuerte el monstruo, y otras veces, es más fuerte la guerrera… pero sea como sea, estaré aquí contigo, sembrando ROSAS DE ESPERANZA a tu lado. 

Quiero dedicar esta carta a mujeres extraordinarias que han afrontado, afrontan y afrontarán un cáncer de mama. El día señalado en el calendario para recordar a todos que esta terrible enfermedad habita con nosotros, es casi lo de menos, porque el  Día Internacional contra el Cáncer de Mama, y contra cualquier otro cáncer, es a diario. Cada minuto, cada segundo cuenta. Siembra rosas de esperanza, por todas aquellas mujeres que lograron vencer al monstruo y sobre todo, por todas aquellas que están librando esa dura batalla y te necesitan más que nunca. Tiñe de rosa el amanecer de su vida.

Por tí, prima Mari

Por tí, prima Rafi

Por tí, Silvia

Por tí, Marina

Por tí, Princesa Nadie

Por tí, M Angeles

Por tí, Pepi

Por tí, Toñi

Por tí, amiga que sostendrás su mano

Por tí, padre, que le sonreirás cada día

Por tí, madre, que fingirás que no sufres

Por tí, compañero, que le recordarás lo hermosa que es

Por tí, hija, hijo, hermana, hermano, que besarás sus mejillas

Por tí, cuidador, que lucharás por ella

POR TODAS, POR TODOS