¿Cómo he podido vivir sin ti?

¿Cómo he podido vivir sin ti?

Había escuchado lo que se podía sentir. Llegué a ver algunos programas en los que se te mencionaba, de pasada, siempre de pasada, sin darte importancia. Leí sobre tí, sobre tus efectos, sobre tu complicidad y también… sobre el anhelo que puedes llegar a provocar.

Al principio tuve mis dudas. ¿Ahora? ¿A estas alturas de mi vida? Llevo años  sin ti y he salido adelante. No te necesito, ¿verdad?

Solo serás uno más a tener en cuenta en esta vida de ajetreo continuo y poco respirar. No te prestaré la suficiente atención, y al final, esta relación no funcionará.

¿Has visto? Cosas como éstas eran las que pasaban por mi mente cuando pensaba con reticencia comenzar nuestra relación.

Pero el momento llegó.

La noche cayó sobre mi hogar. Estaba sola. El cansancio del día había hecho mella en mí. Me sentí nerviosa, como si en aquella estancia, solos tú y yo, yo y tú… uno a merced del otro, algo no llegase a funcionar.

Te miré mostrando mis dudas. ¿Recuerdas? Incluso, llegué a mencionártelas aún a riesgo de parecer una loca sin más. Te las mencioné, incluso antes de atreverme al fin, con un escalofrío recorriendo mi cuerpo, a acercar mis manos a ese punto delicado que haría que entrases en acción.

Mientras lo hacía, nerviosa, solo se me ocurrió sincerarme, hablarte sobre mis dudas, explicarte mi torpeza…

- Espero que esto funcione. Necesito que esto funcione. Llevo años resistiéndome a ti, pero al fin, has ganado, lo has conseguido. Aquí estoy, dispuesta a probar lo que puedes ofrecerme. Dispuesta a dejarme cuidar, a que me mimes, a que me hagas suspirar de puro placer… cuando vea, al fin… ¡Que me haces feliz!,  ¡Qué me das algo que nadie me da!,  ¡Qué friegas los platos estupendamente, amigo lavavajillas!!

Ya no podría vivir sin ti.

¿Qué creías? ¿Qué me había buscado un amor? Ja ja ja, el amor es algo hermoso y necesario, pero créeme, el lavavajillas es ¡¡la repera!!