Cuento de Navidad

Creo que todos hemos escuchado hablar de “Dickens”, sobre todo, en estas fechas. El autor de “Grandes Esperanzas”, “Historia de dos ciudades”, “David Copperfield”  y de “Oliver Twist” tuvo una recopilación de obras en su haber mucho más extensa. Papeles póstumos del Club Pickwick, Una casa en alquiler, Nuestro común amigo, Nicholas Nickleby, Barnaby Rudge, La casa lúgubre, El grillo del hogar, El misterio de Edwin Drood, Estampas de Italia, El guardavía…

Y por supuesto, el famoso “Cuento de Navidad”, (A Christmas Carol), novela corta donde Dickens nos mostraba ese cuento protagonizado por tres fantasmas que visitan al avaro Sr Scrooge en Nochebuena.

Este cuento nacido en la época de la Inglaterra Victoriana, a mediados del siglo XIX, fue aclamado y recibido con interés. Hablamos además de una sociedad que añoraba en cierta formas las antiguas tradiciones navideñas. El propio Dickens tuvo una infancia dura y dolorosa que motivó y mostró en algunos de sus personajes una realidad desconcertante e intimidatoria.

Cuando él era niño, su padre fue encarcelado por deudas impagadas y se vio obligado a trabajar en una fábrica de calzado, descubriendo en su propia piel el  horror de una sociedad pobre y humilde...



 Esta etapa de su vida fue la precursora en varias de sus obras y marcó prácticamente al resto.

En 1827 consiguió empezar a trabajar como pasante de abogado, y bajo un pseudónimo publicó algunos artículos inspirados en la vida cotidiana de Londres. También en ese mismo año se casó con Catherine Hogarth, hija del director del Morning Chronicle, que publicó entre los años 1836 y 1837 el folletín de Los papeles póstumos del Club Pickwick, Oliver Twist y Nicholas Nickleby, en forma de entregas que hizo que su público esperase con ansiedad la continuación de sus historias.

En 1842 visitó Estados Unidos, conocedores de sus obras, sin embargo, la relación no fue fructífera y Dickens publicó una novela donde criticó la forma de vida de los Estadounidenses, provocando rechazo. Al mismo tiempo, esta obra titulada “Martin Chuzzlewit” hizo que su público se sintiese defraudado. Fue entonces cuando nació “A Christmas Carol, y de nuevo, el autor gozó del beneplácito de su público.

Si bien viajó y fundó el Daily News donde mostró autores poco conocidos hasta el momento pero con grandes posibilidades, quizás su fracaso por así decirlo estuvo en su matrimonio. A pesar de tener diez hijos con Catherine, sus incursiones extramatrimoniales dieron lugar a la ruptura de la pareja en 1858.

Cierto es que las obras de este autor son leídas y aclamadas aún hoy en día. En su momento llegó a ser recibido incluso por la propia Reina Victoria, por cierto, poco antes de su muerte.

Cuento de Navidad.

El señor Scrooge es un hombre avaro, tacaño y solitario que odia la Navidad en extremo. Su único objetivo en la vida, ganar dinero.

Pero un día antes de Navidad, recibe asombrado la visita del fantasma de su socio, fallecido años atrás. Su viejo compañero le explica que por ser tan avaro y mezquino, debe arrastrar durante toda la eternidad la cadena de sus actos, y que a él, le espera un destino aun peor. Sin embargo, tiene una última oportunidad de redención. Recibirá la visita de tres fantasmas, tres espíritus de la Navidad.

Cuando “Pasado” le visita, le hace añorar su niñez y juventud, llena de añoranzas y melancolía, y su adicción ya tan temprana al trabajo y al dinero. “Presente” le muestra la realidad en ese momento, donde su único pariente que trabaja para él está viviendo unos momentos realmente angustiosos y de necesidad, pero aun así, disfruta del espíritu navideño y los seres que ama, aun con el miedo de la enfermedad de su hijo Tim. Por último, “Futuro”, le muestra el destino de los avaros, su casa invadida por los saqueadores, la muerte del pequeño Tim, las críticas de sus compañeros de la Bolsa de Valores, y por último, su propia tumba.

En esta angustia, Scrooge despierta sobresaltado y decide remediar parte del mal hecho. Se muestra generoso y benévolo con sus familiares y empleados. Ayuda a la recuperación del pequeño Tim, y se vuelve un hombre generoso y amable. 

Charles Dickens