Nadie quiere sentarse en el viejo sofá de la tía Gertrudis. Dicen que sus muelles crujen, se clavan y que la funda se encuentra adherida de tan antigua que es.
Pero yo amo ese sofá. Adoro tumbarme al final del día y aspirar el suave perfume a flores de la tía. A veces tengo la sensación de que el sofá me abraza, que acoge la forma exacta de mi cuerpo y lo acuna, tal y como hacía tía Gertrudis.
Ella amaba sentarse justo en este sofá, frente al ventanal que da al jardín. Después, tomaba su libro favorito, aquel que hablaba de mariposas de papel que cobraban vida. Podía pasar horas y horas contándome las historias de ese libro. Jamás repetía cuento, con lo cual un día llegué a preguntarme si los inventaba sobre la marcha, o el libro...crecía día a día.
Intenté que me dejase a mí leerlo, pero me dijo que había historias, que era mejor escuchar.
Después, tuvimos que marchar a otra ciudad por motivo de trabajo. Y ya solo podía hablar con tía Gertrudis por teléfono. Todos los días, a la misma hora; aquella en que antes nos sentábamos juntas en el sofá.
Nos sorprendió la noticia de su muerte. Nos sorprendió que hubiese hecho testamento, y que yo, fuese su heredera principal.
Una bonita casa, un bonito jardín... pero lo que más ilusión me hizo fue aquel libro de tapas oscuras. ¿Ha crecido?
Así ha sido, tal vez porque tía Gertrudis dejó de abrirlo cuando yo me fui. Ahora, yo lo leeré todos los días, a la misma hora, en voz alta... mientras las mariposas de colores salen de sus páginas y me parece escuchar la risa de tía Gertrudis.
¡Hola preciosa! Muchisimas gracias, ainsss, espero que esa reforma vaya viento en popa. Besos :D
ResponderEliminarUna maravilla de cuento, a falta de la tía Gertru, menos mal que estás tu para contarnos los cuentos.
ResponderEliminarBesos.
Hola Ángel, ja ja. gracias :D
EliminarEmotivo texto, mi querida amiga, para un corazón blandito como el mío es lo idóneo.
ResponderEliminarCon tu relato, me has hecho revivir recuerdos que tienen gran similitud con lo que cuentas.
Cariños.
Kasioles
Hola Kasioles, me alegro que te haya gustado. Muchos besos preciosa :D
EliminarAwww...¡Qué lindo! Me encantó este maravilloso cuento. Que tengas una linda semana. ¡Besitos! 😘😘
ResponderEliminarHola Marita, ¡muchisimas gracias! Besos :D
EliminarMargarita nos has recordado tías y abuelas, que nos han contado muchos cuentos alrededor del fuego...Ese viejo sofá es mágico y te ha permitido abrir de nuevo el libro de la imaginación para traer al presente a "tia Gertrudis", que permanece eterna en tus letras, amiga.
ResponderEliminarMi abrazo admirado y agradecido.
¡Hola preciosa! Muchisimas gracias, lo cierto es que vi la imagen y recordé cuando de pequeña le pedía a mi abuela los libros que tenía "escondidos" en uno de los muebles. Besos cariño :D
Eliminarains qué linda la tía Gertrudis
ResponderEliminaruna historia para releer Margarita
de lo amabilísima que es.
Mi enhorabuena siempre
Besines.
Hola A. Javier, ¡muchísimas gracias! BEsos :D
EliminarGran y enternecedor relato, tía Gertrudis era una mujer maravillosa. Escenas parecidas corren por nuestras cabezas y que no paren.
ResponderEliminarUn abrazo y buena Primavera.
Hola Juan, ¡muchísimas gracias! Buena primavera también. Besos :D
Eliminar¡Hola Margarita!
ResponderEliminarAins, muy bonito el cuento, me ha encantado, y siempre que un relato habla sobre libros y literatura para mí es otro plus jaja :D
¡besotes!
Hola Irene, jaja, a mi también me pasa. Todo lo relacionado con libros... ya sabes. Besos :D
EliminarMuchas gracias por la bondad que desprende tu texto, por la calidez hacia la tía Gertrudis. ilusiona leer algo bonito. Abrazos
ResponderEliminarHola Ester, yo creo que en el corazón de todo lector hay una tía Gertrudis. Besos cariño :D
EliminarPoquitas letras para transmitir gran sensibilidad. Bicos
ResponderEliminar¡Hola Sidrina! Muy bienvenida. Acabo de leer tu relato y...¡ualaaaa! Gracias por visitar mi mundo, yo sigo ya también el tuyo. Besos :D
EliminarLindo relato!
ResponderEliminarMuchisimas gracias Marianela. Besos :D
EliminarCreo que me pasare hacer una visita para escuchar los cuentos de la tia Gertrudis y sentarme en el sofá. Un relatos maravilloso y acogedor gracias Margarita.
ResponderEliminar¡Hola Ainhoa! Muchisimas gracias, tía Gertrudis es que es muy lista y deja los cuentos por ahí... volando bajo forma de mariposas. Besos :D
EliminarQue relato mas bonito y cálido, en los tiempos que corren se agradece leer algo así
ResponderEliminarAbrazos
Hola CHelo, muchisimas gracias, creo que por eso lo escribí, porque necesitamos un poco de ilusión, ¿verdad? Besos cariño :D
EliminarSucede. Qué difícil es prescindir de algo que nos ha acompañado en nuestro rutinario y acomodado vivir, cómo nos apegamos a sensaciones y hacemos prevalecer la voluntad de pervivencia.
ResponderEliminarMe encantó el relato y quise ver a través de él a la tía Gertrudis. Muchísimas gracias.
Fuerte abrazo.
Teo
Hola Teo, esa es la idea. Quizás también el dejar ver como siguen junto a nosotros las personas que se fueron a través de lo que compartieron con nosotros. Besos Teo :D
EliminarBonito cuento Margarita, por un momento se transporta a otra época, a otro momento a una historia de cuento y eso es excelente.
ResponderEliminarFeliz semana.
Un Abrazo.
Muchísimas gracias José Antonio, besos :D
EliminarGostei muito de ler.
ResponderEliminar.
Saudações cordiais
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Pensamentos e Devaneios Poéticos
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Hola Rykardo, muchísimas gracias. Besos :D
EliminarHola, como siempre precioso tu relato, no me canso de leerlos, creo que este tipo de entradas son mis favoritas.
ResponderEliminarBesos desde Promesas de Amor, nos leemos.
Hola lady Isabella, yo también disfruto escribiéndolos. Muchísimas gracias cariño. BEsos :D
EliminarQué bonito, con ese fondo de esperanza.
ResponderEliminarUn beso y feliz semana 💋.
Muchísimas gracias Rocío. Besos preciosa :D
EliminarQue bonito Margarita, Un precioso relato para festejar este Día de la Poesía. Yo también tuve una tía que me impulso a vivir otras vidas leyendo un libro. No la recuerdo abrazándome...me hizo dar ganas de llorar no recordarlo pero la recuerdo con amor.
ResponderEliminarHola Lyliam, en mi caso el amor por la lectura me vino admirando los libros que me traía mi padre de sus viajes. Él leía poco, pero sabía que a mi me apasiona. Besos :D
EliminarRealmente bonito. Una historia de amor a la infancia la familia y la literatura entendida como fantasía. Hay cuentos que sí han nacido para se leídos en voz alta, este además para ser saboreado en un fofa bajo una manta frente a ese gran ventanal wue da al jardín. Un saludo
ResponderEliminarHola Joaquín, muchísimas gracias. Pues sí, supongo que también ha tenido algo que ver cuando yo me hacía un ovillo en un sillón que teníamos que era más viejo que Matusalen, y allí leía durante horas. Besos :D
EliminarUn gusto leerte, Margarita.
ResponderEliminarEl cuento es precioso y muy vital a pesar de la muerte de la "tía Gertrudis" pero su esencia vive.
Besos
Hola Maite, muchísimas gracias. Besos :D
EliminarUn relato precioso y positivo.
ResponderEliminarUn beso
Muchísimas gracias Espe. Besos :D
EliminarMe ha encantado tu relato. Me llena de nostalgia y emociona. Saludos
ResponderEliminarHola Asunción, muchísimas gracias. BEsos :D
EliminarJope, jope, Margarita. Cuándo me gusta pasarme por aquí y leerte.
ResponderEliminarBesos,
Hola Natalia, jaja, ¡muchísimas gracias! Besos :D
EliminarHola,
ResponderEliminarUn cuento precioso, me encanta leerte.
Besos desde Promesas de Amor, nos leemos.
Muchisimas gracias Miss Bridgerton. Muchos besos cariño :D
Eliminar¡¡Que bonita historia!!
ResponderEliminarTu imaginación es prodigiosa, vuela como las mariposas y nos llevan a tus lectores en su viaje a la luz.
mariarosa
Hola María Rosa, ¡muchisimas gracias preciosa! :D
EliminarHola! Que lindo te ha quedado tu texto!
ResponderEliminarMuchas gracias por compartirlo con nosotros :')
¡Muchisimas gracias a ti por leerlo! Besos :D
EliminarBonita historia Margarita.
ResponderEliminarAbrazos.
¡Muchisimas gracias amigo mio! Besos :D
EliminarEnternecedor texto, Margarita.
ResponderEliminarEstoy sin tiempo pero con ganas de visitaros.
Besos enormes, cielo.
Hola María, no te preocupes cariño, a veces es imposible acudir a todo. Besos :D
EliminarLos objetos llevan la impronta de quien los ama, como este sofá. Está en él la tía Gertrudis y el recuerdo y el sentimiento es positivo a pesar de todo los fallos que tenga. Ni muelles, ni tela vieja, ni nada... Todo vale.
ResponderEliminarUn beso grande.
Hola Mag, pues sí, ja ja. Y toda la magia que dejó en él. Besos :D
Eliminar¡Que hermoso, tierno y sensible, me a parecido estar sentada en ese sofá junto a la tía Gertrudis.
ResponderEliminarAbrazos.
Hola Conchi, muchísimas gracias preciosa :D
EliminarMargarita. Esto me ha hecho recordar a esos abuelos, tíos... etc. La verdad que el sofá me encanta y la casa también. Yo la convertiría en una biblioteca fantástica, para colocar libros mágicos, como las mariposas que salen de las paginas de la joven.
ResponderEliminarAbrazos bien grandes.