Y regreso envuelta en una nube de leyendas.

¡He vueltoooooo! 

Hola amigos, aqui estoy de nuevo dispuesta a seguir dando caña. Y es que he recargado las pilas, pero a base de bien, de naturaleza viva, de sentimientos, leyendas, y muchísima magia en entornos de ensueño. 

Y todo eso no habría sido posible sin la mejor compañía del mundo, eso seguro. Siempre había tenido la ilusión de ir a Escocia con mi hija. Hace unos meses, mi hijo visitó Edimburgo con su instituto, y regresó hablando de lo espectacular del lugar. Pero nosotros, mi hija, mi yerno y yo, íbamos buscando no solo una ciudad hermosa repleta de monumentos; sino también esos castillos de leyendas, los acantilados de infarto, y por supuesto, los bosques de hadas. 

Pero  mi intención no es la de ir poniendo nombre a todo. Esta entrada sería larguísima y tediosa. Solo compartir algunas imágenes de las más de 700 fotos que traíamos, ja ja. Sí, sí, más de 700, una pasada. 

Ha sido prácticamente imposible tomar las fotografías sin protagonistas involuntarios, y es que en la mayoría de los lugares, sobre todo en Edimburgo, había muchísima afluencia de público. 

Si os comento, para que no os extrañe, que muchos de estos lugares están habitados, dejando solo un ala para ser expuesta. Pero... ¿Qué queréis que os diga? "La cabra tira pa el monte", y yo tiro para las piedras y las zonas más antiguas, es que no lo puedo evitar. Así que en lugar de poneros hermosas fotografías de un castillo que te deja con la boca abierta, como es el Palacio de Holyroodhouse, os comparto fotografía de lo que queda de su catedral. 

Pero que bueno, que ya os he dicho que no voy a ir poniendo nombres... ¿Qué os parece una boda? Ji ji ji. 

O estas maravillas de libros que fotografié en un lugar precioso. Una pequeña librería museo en plena Royal Mile de Edimburgo, ubicada en la casa medieval de John Knox...

Por supuesto, el paseo por la Royal Mile fue acompañado, como debía ser, de música de gaita, y algún que otro encuentro sorpresivo, como el que se ve en la foto de abajo...

Pero es que además, ¡cómo no! Un museo al escritor...

Y... como buenos embajadores de los autobuses, disfrutamos de un tour por todo Edimburgo en un autobús de dos alturas, que resultó súper interesante y en el que de forma personal, me lo pasé "pipa", ja ja; y del que fui sacando fotos a diestro y siniestro...

Como ésta foto al castillo de Edimburgo que visitamos el último día, y que he de decir, que sí, que es precioso. Pero que estaba súper masificado de gente, nada que ver con la tranquilidad que habíamos disfrutado del resto de las visitas a los demás castillos. Una pena, la verdad. 

Y salimos de Edimburgo, y nos fuimos a Stirling... donde yo me quedé prendada de su castillo. Una auténtica maravilla, un pequeño pueblo dentro de sus murallas, con recreaciones maravillosas de cómo fue el lugar...

Incluso intenté conquistar a un caballero, pero el muchacho portaba una armadura dudosa, y digo... "Deja, deja, no se le vaya a oxidar la armadura, y ya la hemos líao" 

Me gustó más el personal del servicio, y en particular los honorables miembros de la cocina. Eso sí, estaban algo pálidos. No me extraña, no me gustaría estar ahí con tanto trabajo ni loca...

Y bueno, cementerios por doquier, algunos muy interesantes, allá en Edimburgo, con las famosas lápidas en las que se inspiró la escritora J.K. Rowling para sus personajes de Harry Potter...

En esta cultura celta, los cementerios son auténticos monumentos a visitar, donde además, se puede apreciar que son lugares de encuentro para escuchar las historias tan apasionantes que, a través como en nuestro caso, de un magnífico Tour de fantasmas... nos erizó la piel. 

¿Ir a Escocia y no visitar el monumento a William Wallace? ¡Ni mijita! Aunque casi nos quedamos en el intento de subir por esas escaleras diminutas que se ven ahí, a la izquierda de la foto, como un adosado que alguién dijo... "Oye, que hay que subir". A gatas vimos subir a varias personas. No os digo más. Ahora... menuda vistas...

Y después de la escalada, ¡qué hambre! Tengo que deciros que en todos los lugares que hemos comido ha estado todo buenísimo, y han sido lugares súper típicos y bonitos. Hice esta foto de un pequeño rincón de uno de ellos, porque las ovejas son protagonistas indudables de cada rincón escocés. Más que las hadas, os lo digo yo, o que el mismo Nessie. Las ovejas, esas sí que te calan. 

Por cierto, la cerveza de allí... Mmmmmmm 

Y bueno... Glencoe... sin palabras. Las fotografías no hacen justicia

Como no se la hacen al castillo de Eilean Donan...

Eso sí, la lluvia no nos permitió ver la laguna de las hadas. Pero... las hadas se sentían por todaaaaas partes...

Y el mar...

Y los lagos...

Y bueno, aventura a tope para subir, lloviendo, a una montaña muy especial... "The old man of storr", a 719 m de altitud. Solo os digo "Los inmortales", ya sabéis, la peli... 

Y... El lago Ness, donde Nessie jugó al escondite con nosotros mientras visitábamos el entorno y no se quiso dejar ver. En resumen, Stirling, Aberdeen, Isla de Skie... 

Y un mágico castillo de cuento que surgió entre la arboleda, y cuyos jardines tienen el primer premio de calidad a nivel europeo, pero que no pudimos visitar porque el castillo era inmenso, y... la lluvia apretó con muchas ganas, ja ja ja. 

En definitiva... todos los lugares repletos de ensueño...

No quería irme sin deciros, que en la Catedral de Sant Giles en Edimburgo, y en alguna otra en el camino, nos encontramos esta hermosa estatua de un ángel y una fuente... ¿os suena? Pues que conste, que cuando escribí Estatuas de sal, no había visitado este lugar, ja ja...

Espero visitar pronto Galicia con más tranquilidad. La visité hace tiempo, pero fue en plan rápido. Me gustaría visitar el norte de España. Visitar Galicia, Asturias, ir concretamente al hayedo de Otzarreta, los castillos de Navarra... Me gustaría conocer muchos lugares españoles que son un auténtico lujo para los sentidos. Pero en esta ocasión tocó visitar Escocia, y no podía despedirme, sin mostraros a la Reina Margarita de Escocia. Mi santo es el diez de junio por ella. Está claro que somos igualitas, ambas rubias, de largos cabellos trenzados y mirada azul cielo. Eso sí, ella estaba un poco plana y fresquita, ji ji. 

Un lugar de ensueño en la mejor compañía, y ahora, una gran necesidad de sentarme y plasmar historias y crearlas nuevas. Ha sido una semana de descanso mental, risas y vida relajada. He sentido muchísimas vibraciones, sensación incluso de haber estado en algunos lugares, quizás en sueños. Lo cierto es que es un lugar donde la imaginación se desborda, y si bien en la novela que acabo de comenzar la temática va por otro lado... igual aparece por ahí algún influjo de estos bosques repletos de misterios.