Hola amigos. Hoy quiero contaros la historia de la dama del ramillete. Pero antes, deciros que voy a tomarme unas pequeñas vacaciones. Una semanita, solo una semanita, y después volveré con nuevas historias y una nueva mini-novela, "El mensajero de las olas".
Pero ahora, os dejo con LA DAMA DEL RAMILLETE. Solo deciros que si tardo esa semanita en contestar vuestros comentarios, por favor, perdonadme, lo haré después. Pero esta semanita... descanso de todo, todo... Después me pondré al día en un santiamén. Así que solo me queda desearos una semana magnífica y contaros esta pequeña historia...
Es lo que me llamó la atención en ella, un enorme ramillete de flores, de color rosa fuerte, contrastando con la blancura de su pelo, sus años y su ya desgarbada figura, que arrastra más que camina, la vista fija en el suelo, concentrada, para no tocarlo con el cuerpo entero.
Pero ahora, os dejo con LA DAMA DEL RAMILLETE. Solo deciros que si tardo esa semanita en contestar vuestros comentarios, por favor, perdonadme, lo haré después. Pero esta semanita... descanso de todo, todo... Después me pondré al día en un santiamén. Así que solo me queda desearos una semana magnífica y contaros esta pequeña historia...
LA DAMA DEL RAMILLETE Y EL DELANTAL
Es lo que me llamó la atención en ella, un enorme ramillete de flores, de color rosa fuerte, contrastando con la blancura de su pelo, sus años y su ya desgarbada figura, que arrastra más que camina, la vista fija en el suelo, concentrada, para no tocarlo con el cuerpo entero.
Una
anciana que va diciendo en cada paso, que ha tenido una vida larga de
acontecimientos, de los que te hacen crecer el pecho en la espalda. Y se cubre
toda la delantera, incluyendo las rodillas, con un alegre delantal de cuadros
blanco y rosa, puede que por amor al color, o puede que por desafiar a quién la
mira. Dicen que está loca, perturbada, ida, en su mundo... y yo pienso... ¿Y
por qué no? ¿Acaso no vivió ya, por la deformidad de su espalda, el mundo de
otros?
No
hay más que verla para saber que tuvo el pelo como el ébano, y el cuerpo
erguido. Pero no de un erguido cualquiera, sino de uno de esos que hizo que los
hombres sacasen los deseos escondidos y las mujeres cuchicheasen a su paso. En
aquél tiempo, su pecho abultado y la espalda plana, con ese mismo delantal
veinte centímetros más corto, y un breve vestido bajo él, enseñando por
accidente las rodillas y presumiendo de tobillos, acompasando sus pasos con la
mecida de sus caderas y colocando en esa
mano que ahora sostiene un bastón, un cántaro deseoso de una fuente.
Los
rescoldos de su sonrisa no se han apagado entre las arrugas, ni tampoco la
chispa encendida de su mirada, ahora cubierta por unos párpados que han bajado
a más de un hombre a sus pies. Ha sido la reina del mercado y no la chacha. Y
qué reina ha tenido que ser.
Aun
hay quién la mira y cuchichea, agarrándose a que no es normal que lleve flores
en el pelo, llevando como lleva los años amontonados... pero es envidia, porque
no han olvidado que cuando todas bailaban al compás de una música que ellos
solo imaginaban, ella era la musa, la que giraba la rueda con las aspas de su
pelo y aplicaba carmín en sus labios repletos, la que de verdad escuchaba las
cuerdas del violín.
Era
criticada, sí. Era criticada por vivir y sentir y llenarse el pelo, no de
flores cortadas, sino de briznas de un pajar y besos de un caballero.
Ya
lo dicen por ahí, que apenas era una niña que ya no necesitaba abuelo para
sentirse hermosa... cuando un amor la
dejó herida. Un amor que se fue y le cambió el mundo de color llevándose “quién
era”y cambiándoselo por un “quién debía ser”.
Amó
con fuerza y se entregó por completo, creyéndose amada. Pero le destiñó el
príncipe y huyó, con caballo y sin dama, llevándose su honra y su alegría, y
dejando en su interior una vida que la delataba.
Seguro
que su padre le gritó y lloró su madre.
Seguro que la llamaron desvergonzada. Y así es como seguro que buscaron a ese
hombre, que casandose con ella, callase la falta. Pero algo me dice que la
culpa la llenó a la vez que el hijo, la tristeza se la comió cuando al fin el
marido comprendió, que aquél chiquillo había llegado muy pronto y no se le
parecía en nada. Vete tú a saber, si así se lo hizo sentir a ella. O peor.
Igual él calló y la ahogó en las amarguras que se echan en cara sin nombrarlas.
Si contaban por ahí que amarró sus cabellos con fuerza y cubrió su cuerpo con
rabia, vestida siempre de negro, bien tapada y cubierta por un delantal de
cuadros grises. Uno tan grande, que tapaba los moratones, las cicatrices, y los
desprecios a su primogénito, que crecía rebelde, e idéntico a su padre.
Seguro
que su fuerza se doblegó como un junco que roza el suelo. Silenció los ardores
que a veces sentía, y que su marido no prendía. Enfermó, envejeció con treinta
años, y se conformó a su destino, quizás, como castigo a sí misma.
Puede
que incluso llegase a soñar que aquél otro regresaba y se la llevaba de allí, a
ella y a todos sus hijos. Es probable que incluso jamás desease la muerte de
quién la desposó, pues él no era mala persona después de todo. Pero cuando ésta
se lo llevó, ella le lloró, y algo cambió.
La
supongo un día cualquiera, despertando de un letargo dormido, quizás zarandeada
por los nietos o por la propia necesidad de olvidar el olvido. La supongo
agotada, de llevar delantal negro y suspirar por las esquinas. La supongo
agotada de esperar.
Hay
quién dice que sus propios hijos pensaron que había enloquecido. Que ya estaba
muy mayor. Que había perdido la cabeza tras la muerte de su marido.
Qué
distinta imaginaba yo su vida, cuando la veía pasar con su flor en el pelo y su
delantal de cuadros rosa.
Tan
solo hace unos días, yo estaba en la frutería, cuando ella llegó. Se paró
justito a mi lado y me dedicó una intensa mirada. Su mano rozó la mía un
instante cuando su bolsa resbaló y yo intenté ayudarla. Y era cálida. Muy
cálida. Y su sonrisa, una clara certeza, de que le da igual lo que de ella se
diga. En ellos solo brilla calma.
La
frutera dijo que era su nieta quien vino a buscarla. Una joven alta y delgada
de largo cabello negro y apenas vestida. Tras detallar todos los peligros que
conlleva ir vestida, o mejor dicho, desvestida, de esa guisa, procedió a
explica que era normal, que de la casta le viene al galgo, que del tal palo tal
astilla... Pero mis oídos empezaron a cerrarse y mis ojos se abrieron. No había
censura en la mirada de aquella señora al marcharse cogida del brazo de la
joven, sino orgullo y quizás envidia. Envidia de una época que para ella no
volvería.
Quę gran historia. Un beso.
ResponderEliminarGracias Susana, eres un sol. Un beso muy fuerte :D
EliminarHermosa historia de la dama del ramillete, me ha encantado, Margarita.
ResponderEliminarDeseo que tengas unas muy felices vacaciones, y a la vuelta nos encontraremos, porque aquí estaré pendiente de tus publicaciones.
Besos enormes, preciosa.
Muchísimas gracias María. Uf, siiiii, descansaré, ja ja. Gracias por estar ahí a mi regreso. Gracias de corazón. Muchos besos :D
EliminarHolaaa
ResponderEliminarMaravillosa historia ^^
Espero que disfrutes mucho de tus vacaciones y te sirvan para desconectar!
Un abrazo ^^
¡¡Gracias preciosa!! Mañana me voy a la playita, ji ji. ¡¡Estoy deseando!! Muaaakkk :D
EliminarHrmoso!!!!
ResponderEliminarDisfruta de tus vacaciones, preciosa. De las blogueras y la laborales. Seguro que tu fantasía y tu pluma también las agradecen.
Besotes.
Muchas gracias compi, ya lo creo que sí. Mañana rumbo al mar, la arena y el descanso... a ver qué historia se me ocurre estando allí, ja ja. ¡Muchos besos! Yo también espero que tú estés disfrutando muchísimo de las tuyas. Muaaaakkk :D
EliminarXD Suele pasar, a mi me gusta especular sobre la vida de las personas, no en mal plan, sino en imaginar en como es su vida, y como os pasa, en el caso de los mayores, imaginar o intentar comprender su mirada, su historia, su vida y todo lo pudo haber vivido, bueno o malo, imaginar por lo que pasa y por lo que posiblemente pasara... no sé, se tienen historias sorprendentes :D
ResponderEliminarUn fuerte y disfruta de las vacaciones ;D
¡Muchisimas gracia Helena! Así nació esta historia, especulando. Fue un ejercicio que hice para el taller de escritura, porque debíamos observar y especular... y bueno... la anciana existe en realidad... pero la historia es totalmente inventada.
Eliminar¡Un beso muy fuerte! :D
Definitivamente tus textos son de aquellos que vale la pena leer.
ResponderEliminarAquí no solo encuentro esa capacidad enorme de relato que tenés, noto además otra virtud, que tienen pocos escritores: la del análisis profundo de lo psicológico.
Estupendo Margarita, leerte es un verdadero placer.
Un abrazo.
Muchisimas gracias Navegante. ¡Ya estoy de vuelta! Muchas gracias de corazón, la verdad es que leyendo tus comentarios me incitas a seguir y seguir escribiendo. Muchos besos :D
Eliminarque maravilla de historia tus relatos me llevan a pensar
ResponderEliminarfeliz verano querida
mil besos
¡Muchas gracias Mucha! A mi también me hacen pensar los tuyos, pensar y sentir sobre todo. Un beso preciosa :D
EliminarQué bonita historia!!!!Aquí hay que venir con tiempo y darle prioridad a la lectura
ResponderEliminarUn Abrazo
Muchas gracias Princesa, un beso enorme :D
Eliminarhola!hermosa y tierna historia. gracias y saludosbuhos. esperamos tu vuelta pronto!
ResponderEliminar¡Ya estoy aquí! Muchisimas gracias de corazón por tu apoyo y tu hermoso comentario. ¡¡Miles de besos!! :D
Eliminarhola d nuevo! me gustaria sugerirte un blog amigo: detrasdelaestanteriailustrada blogspot, escribe relatos maravillosos y me tome el atrevimiento de que se crucen, si lo deseas los caminos, es de Francisca y siendo tu una seguidora tan fiel leeras mucho con ella. gracias, queda a tu consideracion , saludosbuhos.
ResponderEliminar¡¡Me encanta!! ¡Muchisimas gracias! ¡Ahora mismo la visito! ¡Muchas gracias de corazón! Muaaakkkk :D
Eliminargracias por tu visita a nuestro blog y compartir nuestras lecturas, y gracias por visitar al blog amigo, nos has hecho uy felices! ahora a compartir, que esos relatos necesitan difusion! Abrazosbuhos, eres una persona genial.
ResponderEliminarGracias a vosotros, me encanta vuestro blog y me ha encantado el de Francisca. Soy yo la que os agradece de corazón poder vivir esta aventura con vosotros. ¡¡Muchos besos buho!! :D
Eliminar¡Preciosa historia!
ResponderEliminarCuántas mujeres no habrán vivido una vida similar... Espero que hallaran en su interior la valentía de tu protagonista y volvieran a poner color a sus vidas maltratadas.
¡Enhorabuena!